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No-Guía festivalera: Rabolagartija 2023

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Nota informativa: este post es una mera guía orientativa basada en nuestra propia experiencia. Sabemos que organizar un festival no es tarea fácil y la intención con este post es guardar el recuerdo de nuestra experiencia, nuestras aventuras y desventuras en el festival y ofrecer nuestra opinión sobre los puntos a mejorar. Recibe esta información como la opinión de un colega contándote su experiencia en el festi. Las valoraciones están hechas en base a la experiencia básica sin pagar extras.

Relación calidad/precio

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Precios razonables tirando a un poco altos en comparación a otros festivales, minis a 8 € con vaso de plástico desechable o con 1 € más con vaso reutilizable. El cubata en vaso de tubo por 6 € cargado con 2 hielos no salía muy rentable. No dejan entrar con vasos reutilizables de otros festivales. Dejan entrar comida de fuera siempre que no esté en envases conflictivos. Por recoger vasos desechables te dan bebida a cambio, una medida necesaria, ya que no vi a nadie contratado por la organización recogiendo vasos y con la cantidad de vasos desechables que había por el suelo a veces daba la sensación de estar bailando en un vertedero.

Cartel

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Cartel muy bien equilibrado y al contar con dos escenarios grandes y un escenario más pequeño para grupos emergentes (muchos de ellos bastante conocidos) la música prácticamente no dejaba de sonar desde que entrabas. Mayoritariamente grupos de punk, rock, rap e incluso funk. Mención especial para Pedrá en el escenario de grupos pequeños que todos los años nos permiten escuchar algo de Extremo en directo.

Organización e instalaciones

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Las colas de acceso y salida eran bastante rápidas, pero las colas para adquirir tockens a veces sí se hacían algo largas. La gente contratada para el mantenimiento de las instalaciones y por lo general la mayoría de trabajadores son superamables. Destacar que uno de los trabajadores de mantenimiento se ofreció a llevar a una de nuestras vecinas de campamento que se había hecho una lesión en un pogo a comprarse unas muletas y la acercó hasta la tienda con su furgoneta de vuelta. El punto de agua tiene bastantes fuentes lo que evita que se formen excesivas colas aunque inevitablemente quedaba todo encharcado y algo embarrado. Han mejorado los baños cerrados de dentro del recinto considerablemente en comparación a otros años.

Localización

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El pueblo de Villena no está mal tiene supermercados y bastantes cafeterías a unos 15 minutos del campamento y además hay disponibilidad de autobuses por si tienes que cargar cosas. El festival está bastante bien integrado con la gente del pueblo. Pero desgraciadamente el camping de acampada libre es bastante hostil a nivel climático y hay que ir bien preparado. Durante el día suele dar un sol abrasador que te impide estar mucho rato lejos de cualquier sombra. ¿Poner un toldo es la solución? Sí y no, porque el camping está situado en una zona en la que suele hacer un viento recio capaz de doblar estructuras como ha ocurrido varios años ya. Sumado a que el suelo presenta bastantes piedras mortales para las piquetas de las tiendas, dificulta bastante conseguir una estructura sólida y confiable. ¿Bueno pues siempre queda ir a algún lugar cercano con agua fresca tipo poza o playa? Bueno todo eso queda bastante lejos de Villena como para ser una opción. Es por eso que la zona de las duchas que contaba con cinco árboles que daban algo de sombra se convirtió en el oasis de muchos, llegando a saturar la zona en las horas puntas. Si se tiene en cuenta la zona de sombra y la piscina la puntuación sería mucho más alta, pero tenemos que ponernos del lado de los que más sufren porque suelen ser los más olvidados.

¿Cómo lo vivió nuestra manada?

Este es el festival que lo inició todo hace tres años, por eso le tenemos un cariño especial y repetimos todos los años. Este año, por diferentes motivos, ha sido el año en el que el grupo inicial era más pequeño, tan solo 4 personas. Por eso Lobo y yo, decidimos montar un pequeño campamento con una mesa, una sombrilla y un toldo atado a nuestras dos tiendas y a nuestras dos mochilas mientras esperábamos que llegaran las otras dos tiendas para poder tensar bien el toldo. Craso error el montar algo con tan poca estructura para un territorio tan hostil. Por eso al poco tiempo se produjo uno de los momentazos del festival en el que por culpa del viento el toldo se desenganchó de las tiendas y la sombrilla se desmontó. Vimos el caos desde lo lejos y rápidamente fuimos a intentar salvar el campamento. A Lobo le entró un ataque de risa, de los que te duele la tripa, al verme a mí envuelto cuál momia en la lona tratando de sujetar la sombrilla mientras le exigía, aumentando mi vehemencia a medida que aumentaban sus risas, que pusiera de una vez el palo de la sombrilla para poder quitarme yo el toldo de encima. Al final me quité el toldo como pude y Lobo me dijo que mirara el palo, el palo se encontraba en el suelo completamente doblado por culpa de la fuerza del viento contra la sombrilla. Me sumé al ataque de risa mientras recogía el palo del suelo y trataba de enderezarlo. En eso llegó Anna a pedirnos un favor, era una de las vecinas que conoceríamos más tarde y toda una maestra en el noble arte del Airguitar con guitarra hinchable. Le indiqué que nos pillaba en un buen/mal momento. La pobre sin entender muy bien porqué estábamos haciendo un homenaje a la barbacoa que intenta montar Homer Simpson nos pidió un hinchador para la colchoneta, pensé “¿No tenemos suficiente aire ya?”, y entre risas le prestamos el hinchador.

Hartos de ver que nuestro campamento hacía aguas o vientos decidimos ir a las duchas a por algo de agua fresquita. Allí nos dimos cuenta enseguida de que podía ser una muy buena idea pasar prácticamente todo el día en lo que terminamos llamando el oasis, la pequeña zona de sombra que quedaba pegada a las duchas. Este ha sido el primer año que hemos decidido algo así y la verdad fue la mejor decisión. Allí no solo escapamos al sol abrasador y los vientos locos sino que coincidimos con las vecinas y nos echamos unas cartas terminando de fusionar nuestros grupos. También participamos en dos de los bingos que organizaban un grupo de festivaleros que también pasaban el calor del día en el oasis. Buscando jugadores para jugar a “polis y cacos” conocimos al resto de festivaleros (Daniel, Irene, Carmen, Historia y más gente de la que no logro recordar su nombre, lo siento) con los que también fusionamos grupos, llegando a ser un grupo total de unas 20 personas aunque no llegamos a coincidir todos. Nos lo pasamos genial con tod@s y cada un@ de ell@s. Mención especial para Marta, la reina de los pogos, una chica que nos encontramos en casi todos los pogos en los que participamos y nos metía buena caña llegando a hablar con ella para concertar los siguientes pogos, si llegas a leer esto, nos vemos el año que viene.

Puntos a mejorar según nuestra experiencia

Creemos que dada la hostilidad del territorio para aquellos que acampan al sol, no estaría de más mejorar la zona de las duchas y darle un poco más de utilidad a la carpa y la barra que hay montada cerca de las duchas, fomentando y permitiendo que la gente ponga sus sillas debajo de la carpa y quizá con pulverizadores de mano fresquitos para que los usen los que consuman de la barra. Quizá con precios más asequibles en esa barra que en los establecimientos colindantes la gente la podría utilizarla más ya que prácticamente estaba vacía la mayor parte del tiempo y poner algo de música variada y permitir que la gente se refugie del calor allí con cervecita fría y algo de agua fresca puede ser la clave. El tema de los vasos desechables creo que es un problema considerable y aunque hay gente que les gusta la idea de bebida gratis a cambio de recogerlos creemos que en general no compensa sobretodo a nivel ecológico. Es uno de los festivales en los que más minis, bastante llenos de cerveza por cierto, he visto volar y aterrizar en más de una cabeza desde que en los festivales ya no se suelen usar vasos desechables. El hecho de que haya tanto vaso por el suelo y por el aire hace que la gente se despreocupe más y termine también echando al suelo las botellas de agua, algunas cerradas con aire dentro o incluso llenas de agua lo cual lleva a un intento de patinaje con botella que puede llevarte a un esguince.

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